Las PYMEs españolas: el gran motor de la economía.
Las pequeñas y medianas empresas representan más del 90% del tejido empresarial en España. No cabe duda que, desde hace unos años, son las que generan mayor productividad y trabajo. Además, por si ello fuera poco, afrontan retos importantes, se lanzan a aventuras compitiendo con gigantes y la recuperación económica está en sus manos. El año 2014 eran más de un millón de PYMEs las que tenía registradas el Ministerio de Industria y son casi un millón y medio de autónomos los que trabajan sin empleados a su cargo. La conclusión de estas cifras es clara (y reveladroa): saldremos de la crisis si trabajamos junto a las PYMEs, que facilitan el crecimiento y desarrollo de emplo.
Sin embargo, la triste realidad de las PYMEs todavía es muy dura, dado que hay poco crédito y es muy caro. El proceso natural de desarrollo y optimización de una PYME es largo, tedioso y complicado. Las PYMEs tienen menos de 250 trabajadores pero generan un volumen de negocio igual o inferior a los 50 millones de euros al año. En España, el grueso de la PYME se lo lleva la microempresa, con hasta nueve asalariados. Este hecho responde a nuestra economía, dependiente sobre todo del sector servicios, especialmente del turismo. A pesar de las dificultades en los últimos años, hay PYMEs que sobreviven (y crecen) ante la cisis. La Subdirección General de Apoyo a la Pyme subraya que las compañías que cuentan hasta con nueve asalariados suponen el 30% del empleo nacional, y las que contabilizan hasta 49 trabajadores, el 17%. Sin embargo, durante el ejercicio pasado, la crisis siguió sacudiendo la estructura laboral de las pequeñas entidades. Se perdieron 92.000 puestos de trabajo.
Cierto es que en épocas de dificultades económicas, es frecuente que las empresas reduzcan sus costes, especialmente bajando el número de sus trabajadores, ya que hay menos actividad.
En cualquier caso, los datos acumulados confirman una mejoría en el ámbito empresarial. Caso de mantenerse los ritmos actuales, todo apunta a una lenta pero segura recuperación. Las PYMEs para muchas personas suponen una tabla de salvación, una opción de supervivencia. Bienvenidas sean pues.