Metodología para la correcta implantación de un ERP.
A la hora de llevar a cabo la implantación de un sistema de gestión en una empresa de la industria gráfica o en cualquier empresa una de las claves del éxito será que la empresa proveedora cuente con un método, es decir, una metodología para la correcta implantación de un ERP.
Toda implantación se puede dividir en fases claramente diferenciadas en el tiempo por lo que una buena planificación y organización garantizará una rápida y repetida implicación del cliente, lo que facilitará la obtención de feed back por parte del usuario.
Metodología para la correcta implantación de un ERP:
Desde que se elige a un proveedor para que lleve a cabo la implantación de un software de gestión hasta que los usuarios de la aplicación son totalmente independientes hay un proceso largo de tiempo y cambio sustancial en la estructura de la empresa. Así que, contar con un método de implantación marcará la diferencia y aumentará las posibilidades de éxito del proyecto.
La primera fase de la implantación es la de análisis y presentación del plan de implantación. Para el análisis del proyecto se debe realizar una consultoría previa con cada uno de los actores principales de la empresa cliente para definir los objetivos del proyecto, los responsables, la estructura de la empresa, la estructura de producción (pre-impresión, impresión y post-impresión), alcances y modificaciones que se han de hacer al software estándar.
Una vez realizada la consultoría previa, la empresa proveedora debe presentar un plan de implantación en el que se especificará el alcance de la solución propuesta, las fechas de entrega y las herramientas de seguimiento y control para que el cliente de su aprobación.
La siguiente fase es la implantación del software en la que se suele realizar la instalación, configuración, modificaciones y testeo del ERP según los plazos que marca el plan de implantación. Una vez testeado el software y comprobado que funciona correctamente, pasamos a la fase final de la implantación que es el arranque y la formación.
Para que la empresa cliente tenga garantías de un buen funcionamiento y pueda abordar el cambio en su estructura de la forma más rápida posible el proveedor ha de definir un plan formativo para los usuarios. Además, de una o varias jornadas de arranque en la que el implantador acompañara a los usuarios para solucionar dudas y detectar errores.
En conclusión, contar con una metodología para la correcta implantación de un ERP y una alta involucración del cliente serán fundamentales para el éxito del proyecto.